Bibliografía del cine fantástico editado en España, un medio que pretende ser una referencia de consulta para todos los aficionados a los libros sobre cine de cine de género. Tenemos presencia en Blogger y Facebook desde 2011 y pretendemos servir como referencia de consulta para todos los aficionados al género fantástico. Nos encargamos de recopilar todos los libros que sobre cine fantástico han sido editados en España . Aquí tendrán cabida géneros como el terror, c/f, serie b, etc...
miércoles, 31 de julio de 2013
PRÓXIMA NOVEDAD DE ALBERTO SANTOS: GUÍA DE NAVES ESTELARES
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Alberto Santos Editor,
Libros editados en 2013,
Star Trek
ENTREVISTA A JOAQUÍN VALLET RODRIGO AUTOR DEL LIBRO "TERENCE FISHER" DE CÁTEDRA
Entrevista a Joaquín Vallet Rodrigo autor del libro "Terence Fisher".
Escritor
y crítico cinematográfico. Joaquín Vallet ha colaborado en varios libros
colectivos y hasta la fecha ha publicado dos libros en solitario. En los
próximos días saldrá a la venta su nueva obra dedicada al maestro de la Hammer
,Terence Fisher editado por Cátedra en su serie Signo & Imagen. La
Biblioteca del Cine Fantástico tuvo el placer de hablar con él en relación
a su obra hasta la fecha , haciendo hincapié en su nuevo proyecto.
Comienzas tu andadura como crítico hace
diez años en un medio online Miradas de Cine, ¿cómo surgen estos primeros pasos
en la crítica cinematográfica?
Desde
siempre me ha interesado el mundo de la crítica. Truffaut decía que “Un niño
jamás responde cuando le preguntan qué vas a ser de mayor: Voy a ser crítico de
cine”. Sin embargo, cuando era pequeño hubo una larga temporada en la que yo sí
que lo decía. Leía ávidamente los minúsculos artículos del “Teleprograma” o el
“Teleindiscreta” y escribía mis propias críticas de las películas que veía en
televisión. Muchos años después comencé a publicar artículos en un periódico
local hasta que, en 2003 (cuando me puse internet en casa, de hecho) envié
algunos de estos artículos a varias webs. De entre las que me contestaron la
mejor era, sin duda, Miradas de Cine. Y me quedé allí.
Desde el 2011 colaboras con una de las revistas más longevas de análisis cinematográfico en nuestro país , “Versión Original”, ¿en qué consiste tu colaboración con este medio? ¿Qué pueden encontrar los aficionados al cine en este tipo de publicaciones más minoritarias?
“Versión Original” es una de las publicaciones más
singulares que existen en este país, ya que nada quiere saber de estrenos,
noticias o de la información habitual que se puede hallar en el resto de
revistas cinematográficas. Su línea consiste en plantear un tema y que los
colaboradores elijamos una película en base al mismo. Este fue el aspecto que
más me gustó de ella y lo que me decidió a integrarme. Evidentemente, al
aficionado que únicamente se interese por las noticias relacionadas con los
últimos estrenos o los proyectos que se están llevando a cabo en Hollywood, no
le interesará lo más mínimo una revista como “Versión Original”. Ahora bien,
otro tipo de lector más interesado en el análisis hallará un reducto mucho más
que estimulante.
Gran parte de tu obra se ha centrado en artículos y estudios en relación al cine fantástico. Has colaborado incluso con la revista especializada de este género “ScifiWorld”, ¿en qué medida te atrae el cine fantástico como crítico?
Gran parte de tu obra se ha centrado en artículos y estudios en relación al cine fantástico. Has colaborado incluso con la revista especializada de este género “ScifiWorld”, ¿en qué medida te atrae el cine fantástico como crítico?
El cine fantástico, y más concretamente el cine de terror,
es el género que mayor grado de fascinación logra ejercerme, junto al western y al musical. Es un campo de infinitas
posibilidades expresivas donde la imagen se convierte en un factor
trascendental. Además de ello, una película de terror no únicamente se sirve
del impacto formal para lograr sus objetivos. En su interior, y siempre oculto
bajo unos dispositivos que las grandes películas logran utilizar y dinamitar
convenientemente, puedes hallar nítidos reflejos de aspectos políticos,
sociales, sexuales, psicológicos… es decir, que el género se convierte en un
medio para poner sobre la mesa otro tipo de cuestiones, a priori, completamente
ajenas a sus dominios. Ahí radica una parte importante de su grandeza. Otra,
lógicamente, sería la capacidad de manipular al espectador con sus recursos
internos. Los planteamientos narrativos de muchas de sus películas, el juego
con el punto de vista o la manera de construir la puesta en escena alcanzan
unos límites inimaginables en otros géneros.
Incluso , eres uno de los pocos críticos
que colaborar con un medio fuera de España, nada menos que para una publicación
independiente especializada en cine de Perú, “Godard!” . ¿Cómo nace esta
colaboración ? ¿Tienes libertad a la hora de confeccionar los artículos para este
medio?
El
hecho de escribir en “Godard!” nació de casualidad, buscando información sobre
Jean-Luc Godard para un artículo. La revista, en verdad, es magnífica. De un
nivel y una calidad como no se ve aquí en España. Tiene una periodicidad
trimestral y la dinámica en cuanto a las películas de estreno es, más o menos,
la misma que en cualquier otra publicación. Sí hay mayor libertad a la hora de
escribir otro tipo de artículos. Otro de los aspectos importantes es su grado
de eclecticismo humano. No es como esos búnkeres blindados en los que se han
convertido algunas publicaciones en este país.
Tienes también interés en la dirección de cortometrajes,
donde has cosechado una veintena de premios en festivales como Cinema Jove o
los Premis Tirant, además de numerosas selecciones. Háblanos de esta faceta
tuya quizás menos conocida para los aficionados.
En
mi caso, mi vinculación a la crítica siempre ha ido pareja con el deseo de
dirigir. Y el mundo del cortometraje es un medio fantástico para ir
materializando inquietudes. Comencé a realizar cortos a los 19 años, siempre manejándome
con muy escasos medios y con el entusiasmo de la gente que ha colaborado, tanto
de técnicos como de los maravillosos actores con los que he contado. Y,
afortunadamente, hemos visto nuestro esfuerzo recompensado en no pocos
festivales.
¿El objetivo de todo crítico es alcanzar la
dirección cinematográfica?
No
creo que sea el objetivo de todos. De hecho, son muy pocos los críticos que dan
el paso y pueden estrenarse como directores. Es, de hecho, el signo de los
tiempos, ya que el mundillo de la crítica podía ser una antesala más que
considerable para optar a dirigir hace cincuenta años. Cuando el cine tenía
algo que decir. Ahora, lamentablemente, el cine está en manos de los chavales
que salen de Comunicación Audiovisual, los cuales están más interesados en los
bits que en narrar una historia. Así que el prisma del crítico está
completamente fuera de lugar en este panorama. Ahora bien, la típica frase de
que “el crítico de cine es un director frustrado” creo que tiene parte de
verdad. Aunque el crítico en cuestión no haya pensado nunca en colocarse detrás
de una cámara, en el fondo, necesita ver en una pantalla parte de su universo
personal. Aunque venga firmado por otro.
Has
trabajado para distribuidoras como Avalon y Notorious en la confección de
numerosos libretos para complementar las ediciones en Dvd ,también has
colaborado con las estupendas ediciones de Latelier 13 en la edición de The Mad
Magician, editada hace unos meses. ¿Podremos disfrutar de alguna otra
colaboración más en esta colección tan cuidada?
Pues
tuve la oportunidad de redactar otro libreto para L´Atelier 13. No sé si a la
distribuidora le hará gracia que anuncie el título, así que prefiero
reservármelo. En todo caso, si no está a punto de salir, lo hará en breve…
Coincidiendo
con el número 100 de la revista miradasdecine, se publica un volumen que reúne
multitud de colaboraciones , Cien Miradas de Cine de la editorial miradas.net
donde los colaboradores de la web dedican sus páginas a 100 cineastas de la
historia del cine. Tus textos están dedicados a Terence Fisher y Luchino
Visconti. ¿Se podría considerar éste el germen de la obra que ahora has
dedicado al completo al director?
No exactamente. El germen de este libro se halla en El cine de terror, del maestro Carlos Losilla. Lo leí a los 14 años y descubrí aspectos de la obra de Terence Fisher que, hasta el momento, me habían pasado completamente desapercibidos. Había visto Drácula un año antes, en 1991, en un pase televisivo en Tele 5 y estaba obsesionado con ver el máximo de películas posibles de Fisher. Prácticamente desde entonces me rondó por la cabeza la idea de escribir un libro sobre el cineasta. Recuerdo, incluso, que un par de años después, cuando estaba en el instituto, me presenté a un concurso de ensayos con un análisis sobre Drácula. Así que ya os podéis hacer una idea de la fascinación que siempre me ha suscitado la figura de Fisher (por cierto, gané el primer premio con el ensayo). Tanto el texto de Cien Miradas de Cine como algunos artículos que he escrito sobre las películas de Fisher en varios medios han sido la antesala del libro. Pero el origen se halla en la lejana fecha de 1992.
En el 2010 te pones al frente de otro
estudio sobre otro cineasta del cual no existe apenas bibliografía al respecto
el primero que se realiza en castellano sobre el cineasta norteamericano Joseph
Losey. Pareces estar empeñado en la reivindicación de cineastas olvidados al
gran público a través de tus trabajos.
Pues,
efectivamente, es uno de los aspectos que más tengo en cuenta a la hora de
plantearme un proyecto. Por supuestísimo, me encantaría escribir un libro sobre
John Ford o Alfred Hitchcock, que son dos de mis cineastas favoritos. Pero,
prácticamente, ya se ha escrito todo lo que se puede escribir sobre ellos. Así
que la tarea sería más de recopilación y ordenación que de análisis. Eso no
sucede con otros cineastas, grandes cineastas también, pero que por diversos
motivos han caído en un injusto olvido o todavía no parecen estar lo
suficientemente valorados como para que alguien se plantee dedicarles todo un
libro. Lo cierto es que, para mí, esto es mucho más estimulante que afrontar
una figura y una filmografía mil veces diseccionada. Tiene sus problemas, por
supuesto, ya que apenas hay obras de referencia y localizar parte de las
películas que componen sus trayectorias es un trabajo ciertamente dificultoso.
Pero eso acaba formando parte de lo apasionante del proyecto.
En 2012 editas lo que consideramos una de las más recomendables guías sobre el cine de terror, publicadas en los últimos años “Diccionario de Películas. El Cine de terror” para T&B Editores. Entendemos que la confección de las obras de este tipo requiere un esfuerzo elevado en comparación con otros tipos de obras, ¿cómo encaras la confección de este tipo de obras?
Como bien dices, el trabajo que supone la confección de una obra de este tipo es, en verdad, tremendo. Sobre todo, porque los elementos que condicionan que una película pueda o no pertenecer al género de terror son muy difusos. Por ejemplo, algunos colegas me comentaron que echaron de menos en el diccionario Alien, el octavo pasajero o La cosa, cuando yo tuve claro desde un principio que no iba a incluirlas, ya que creo que se hallan, íntegramente, dentro del terreno de la ciencia-ficción. En todo caso, lo primero que hice fue la relación de películas a comentar. Una enorme lista que se iba ampliando a medida que descubría títulos ignotos. Todo ello al tiempo que iba trabajando en la redacción de los textos. En total, un trabajo de unos nueve meses del que estoy tremendamente satisfecho.
La última de tus colaboraciones en una obra
colectiva , también para la editorial Cátedra es “Cine XXI” (2013), coordinada
por Hilario J. Rodríguez y Carlos Tejeda. ¿En qué consiste tu colaboración en
este libro?
Fue
Hilario el que me propuso participar en esta obra. Me comentó la idea y las
intenciones de la misma que van mucho más allá del simple diccionario de
consulta, ya que en esencia es un completísimo fresco de todas las tendencias
audiovisuales de este nuevo siglo y, sobre todo, de la manera que tienen de
exponer las inquietudes, las luces y las sombras de esta nueva civilización,
contradictoria y esencialmente tecnológica, que está asomando (al igual que
“Merde” en la portada) sin que seamos plenamente conscientes de ello.
Lógicamente, me encantó la propuesta. Mi colaboración ha sido la redacción de
25 micro ensayos sobre cineastas como Jaume Balagueró, Fernando Fernán Gómez o
Seijun Suzki, lo que te exige una gran capacidad de síntesis, amén del hecho de
revisar algunas filmografías.
Tu próximo trabajo será otro diccionario de
películas para T&B editores a imagen y semejanza del publicado el año
pasado y dedicado al cine de terror. En este caso dedicado al cine negro:
“Diccionario de películas. El Thriller y el cine negro”. ¿Puedes adelantarnos
algo al respecto?
Pues
puedo adelantaros que, debido a alguna que otra desavenencia con la editorial,
el proyecto se ha suspendido.
Eres un tipo inquieto que incluso sacas
tiempo para participar en conferencias y cursos relacionados con el cine.
Más
que inquietud (que también) es una tarea que me encanta hacer. Intentar
transmitir, más que los conocimientos, la pasión que uno siente hacia el cine
en sus mil formas y vertientes, ya sea a través de las clases o de las
conferencias. Y si eso sirve para que el alumno descubra aspectos que
desconocía y que estreche su relación con el cine, los objetivos se han
cumplido plenamente y el placer es ya completo.
Centrémonos ya en tu última obra, “Terence
Fisher” publicada por Cátedra que aparecerá en Septiembre. Tu obra viene a
cubrir un hueco en nuestra bibliografía sobre Terence Fisher , uno de los más
innovadores directores en el género de terror a partir de la segunda mitad del
siglo XX ¿Por qué el interés sobre la obra de Terence Fisher y no por otro de
los muchos del cine de fantástico clásico que existen? ¿Hasta qué punto tu obra
tiene un punto reivindicativo de la figura de este cineasta?
Desde
siempre, Terence Fisher ha sido uno de mis directores preferidos. A medida que
va creciendo tu cinefilia, hay muchos cineastas que llegas a admirar por
“formación”. Porque vas leyendo libros sobre cine y te van descubriendo su
importancia en la historia del séptimo arte (caso de Bergman, Dreyer o
Tarkovsky, por ejemplo). Sin embargo, en el caso de Terence Fisher, fue un
descubrimiento propio. Las primeras películas que vi de él fue a una edad muy
temprana. Drácula, príncipe de las
tinieblas a los 10 años, Drácula
y La maldición de Frankenstein a los
13, etc. e intuía elementos en su cine que iban mucho más allá de una simple
película de terror. Evidentemente, a esa edad no podía descifrarlos, pero el
impacto que me causaba cada una de sus películas tenía mucho que ver con ello.
Después, a medida que vas creciendo y leyendo (el libro que os comentaba de
Losilla, sobre todo), observas que esas sensaciones que tenías son debido a un
contenido de enorme complejidad. Lleno de aristas y de diferentes núcleos
temáticos que van desde la vertiente psicológica a la social. Este es uno de
los motivos por los que considero que el cine de Fisher es tan trascendental.
Evidentemente, hay otros cineastas muy importantes dentro del género pero,
sinceramente, no sé si al mismo nivel que Fisher. Respecto a lo que comentas
del punto reivindicativo, lógicamente, cuando escribes un libro, en el fondo,
tan personal sobre uno de tus cineastas preferidos y del que no hay nada
publicado en castellano, más allá de artículos en revistas especializadas, por
supuesto las intenciones reivindicativas están ahí.
Como en la mayor parte de las obras de la
colección Signo e Imagen , entendemos que el libro detallará los aspectos de
producción de cada película y hará un análisis de cada una de ellas.
Efectivamente,
es la línea habitual en la colección. Además, a mí particularmente, es una
estructura que me gusta mucho. Ahora bien, en este libro, a diferencia del de
Losey, se ha agrupado toda la información. No está separada en dos bloques que
traten, por así decirlo, la parte biográfica y la filmografía. Todo está
unificado. Entre otras cosas, porque la biografía de Fisher no guarda mayores
misterios y lo más importante se halla en su cine.
En su filmografía aparecen más de sesenta
títulos incluyendo los trabajos televisivos. ¿En el libro tienen también cabida
un repaso a sus películas para la pequeña pantalla?
No.
He obviado sus trabajos televisivos por dos motivos. Primero por la extensión
del libro, ya que sin haberme centrado en ellos, la obra ya tiene 304 páginas.
Y segundo, por la dificultad de localizar varios de ellos. Sí pude encontrar
los capítulos que dirigió para la serie de Robin Hood y alguno más suelto. Pero
era un porcentaje demasiado pequeño que haría que la información fuera muy
parcial. Sí cito detalles importantes de los mismos cuando tienen que ver con
sus largometrajes, además de incluir una completa relación de todos sus
trabajos para televisión en un anexo al final del libro.
La extensión de la filmografía de Fisher
hace que España solo conozcamos sus últimos títulos a partir de La maldición de
Frankenstein en 1957. ¿Qué trabajos destacarías de la primera etapa menos
conocida de este cineasta? ¿Te ha sido fácil acceder a sus primeros trabajos para
documentarte en tu estudio?
Esta
primera etapa en la filmografía de Fisher (que, a su vez, incluye varias etapas
más –en la Gainsbororugh, sus primeros films para la Hammer, etc) sigue siendo
un gran misterio, incluso para muchos de los admiradores del cineasta. Aunque,
en muchos casos, el desconocimiento que pesa sobre ella es más voluntario que
real. Yo, particularmente, he tenido dificultades para localizar algunas y,
concretamente, cinco de ellas me ha sido imposible poder verlas y me he guiado
en los datos existentes para analizarlas. Sin embargo, el resto se pueden ver
sin demasiados problemas (claro que en copias bastante malas y sin subtítulos,
lo que echa para atrás a muchos). Así que, hasta cierto punto, se puede decir
que hay un interés general bastante escaso a la hora de adentrarse en este
primer periodo del cineasta. En parte, ello puede ser lógico, ya que Fisher
como tal nace en La maldición de
Frankenstein. Su obra previa, además de no incluir ninguna película de
terror, integra otros género que parecen no casar con el director como el cine
negro o el melodrama. De ahí, supongo, el poco interés en descubrir estas
películas. Sin embargo, a poco que se analicen piezas como Extraño suceso (la más conocida de estos primeros años), Stolen Face o Four Sided Triangle, observamos aspectos que anuncian muchos de los
dispositivos temáticos y estilísticos del director en su futura obra dentro del
cine de terror.
¿Has intentado en tu ensayo despertar
interés por los trabajos más antiguos de Fisher o te has centrado
principalmente en sus trabajos más conocidos? ¿Crees que el libro puede
despertar el interés por sus obras primerizas también interesantes pero que
pueden haber quedado en el olvido del aficionado?
Uno
de los objetivos de mi libro ha sido, precisamente, dedicar un espacio, hasta
el momento inédito, en la primera etapa de la filmografía de Fisher. De hecho,
el análisis de varias de estas películas ocupan casi el mismo espacio que el de
Las novias de Drácula o El cerebro de Frankenstein. Desde un
principio, tenía muy claro que ese periodo debía ocupar un espacio lo más
amplio posible y no marginarse debido a su desconocimiento o a la importancia
de las posteriores películas de Fisher. Si ello, además, sirve para despertar
el interés del lector en estas películas, mucho mejor. En verdad, hay títulos a
tener muy en cuenta que aunque no lleguen a la calidad de los films realizados
a partir de 1957, pueden suponer una sorpresa más que grata para cualquier
espectador que pueda acceder a ellos.
Supongo
que como en el resto de latitudes. Durante los años sesenta la figura de Fisher
era tan ninguneada (y despreciada) como el resto de producciones de la Hammer.
No sería hasta un par de décadas después cuando su obra empezaría a situarse en
el exacto lugar que le corresponde. Afortunadamente, en España, ha habido
escritores como José María Latorre que siempre han tratado la obra de Fisher
con seriedad y admiración y han logrado que el resto de la crítica la afronte
con similar posición. A día de hoy, no creo que haya nadie que discuta la
maestría de Terence Fisher. Aunque, de igual manera, te digo que siempre me ha
dado la sensación de que ocupa un lugar excesivamente marginal. Es decir, que
aunque muchos críticos se deshagan en elogios hacia su figura, todavía hay una
barrera por la cual no lo equiparan con otros cineastas ajenos al terror.
¿Hasta qué punto la productora Hammer se
hubiera convertido en lo que hoy representa para la historia del cine
fantástico sin la figura de Terence Fisher?
La
deuda que la Hammer tiene con Terence Fisher es exactamente la misma que
Terence Fisher tiene con la Hammer. Cabe decir, a tenor de ello, que la
especialización tanto del director como de los estudios en el género de terror
fue puramente circunstancial. Es decir, si la Hammer hubiera cosechado el éxito
de taquilla que logró con La maldición de
Frankenstein con una comedia y esta hubiera estado dirigida por Fisher, no
estaríamos hablando de la influencia de ambos en el género de terror. No obstante,
la productora le ofrece la oportunidad de llevar a cabo una producción mucho
más holgada que las anteriores dirigidas por el cineasta y Fisher aporta
(aunque suene paradójico) su completo desconocimiento de las reglas del terror
y, por tanto, un punto de vista orgánico, instintivo, que hace revolucionar la
infraestructura del género. Lógicamente, sin Fisher, la Hammer no sería lo que
es. Ninguno de los cineastas que pasaron por los estudios podían equipararse al
genio del cineasta.
Muchos de sus trabajos se llevan a cabo con
actores fetiche como Peter Cushing y Christopher Lee. ¿En qué medida estos actores se enriquecieron
de la dirección de Fisher, o fueron estos los que ensalzaron cada uno de las
películas de Fisher?
Depende
de cada caso. Por ejemplo, Peter Cushing ya era un actor más que respetado
cuando interpretó La maldición de
Frankenstein. Había trabajado, por ejemplo, para Edward Dmytryk en Vivir un gran amor, junto a Deborah Kerr
y Van Johnson, y había interpretado la excepcional versión televisiva de 1984 producida por la BBC. Sí es cierto
que no disfrutaba del estrellato que conseguiría a partir de la película de
Fisher, pero su trayectoria, aunque vinculada a papeles secundarios, era
ciertamente sólida. La situación de Christopher Lee era totalmente opuesta. No
había conseguido ningún papel relevante desde su debut e, incluso, le costó
lograr el papel del monstruo en La
maldición de Frankenstein, ya que no fue la primera opción. Ciertamente,
ambos consiguieron dar un giro radical a sus carreras a partir de sus trabajos
con Fisher, los cuales siguen siendo los más recordados de sus trayectorias.
Pero, asimismo, también Fisher se benefició, sobremanera, del talento de ambos.
Sin la extraordinaria química existente en la pareja, ni La maldición de Frankenstein ni Drácula
serían lo que son.
Habitualmente Terence Fisher se ha
considerado únicamente como un buen director de serie B por muchas voces
críticas, sobre todo de la crítica en el pasado, ¿hay algunos rasgos que puedan
definir como autor a Fisher o simplemente un excepcional artesano de la serie B?
En
esencia, Terence Fisher era un cineasta que trabajaba en unos estudios y que,
por tanto, seguía la línea marcada por los mismos. Como ya he expuesto
anteriormente, si el éxito lo hubieran conseguido con una comedia, no estaríamos
hablando del género de terror. Ahora bien, se puede estar al servicio de los
intereses comerciales de unos estudios y, al mismo tiempo, ser un autor. Esta
perspectiva está sobradamente demostrada en no pocos cineastas de serie B
estadounidenses (no creo que nadie ponga en duda el sello estilístico de
Jacques Tourneur o Edgar G. Ulmer) y, por supuesto, es la clave en la figura de
Terence Fisher. A él no le interesaba demasiado el terror. Ahora bien, utilizar
el género como un medio para expresar y poner de manifiesto (aún de forma
subrepticia) otro tipo de temas es lo que convierte sus piezas en obras
bipartitas: por un lado, siguiendo los códigos del género y, por tanto,
convertidas en ejercicios para el pleno disfrute del aficionado; por otro,
integrando una serie de elementos complementarios que profundizan la propuesta
hasta niveles ciertamente impresionantes.
¿ Se puede decir que Terence Fisher tiene
un estilo particular que le hace destacar entre todos los directores de la
Hammer?
Sí.
Y muy claramente. De hecho, la Hammer jamás tuvo en nómina otro cineasta que
pudiera equipararse en talento a Fisher. Aunque por los estudios pasaron buenos
directores (incluso, notables directores) ni Freddie Francis, ni Don Sharp, ni
Roy Ward Baker, ni Peter Sasdy, ni Seth Holt (por poner algunos de los ejemplos
más sólidos) atisbaron nunca la maestría de Fisher, ni su extrema habilidad a
la hora de conjugar diferentes niveles de interpretación en sus obras.
El director disfrutó de numerosos homenajes
en algunos festivales de cine fantástico pero en relación a la bibliografía
publicada del director, en nuestro país solo hay dedicado algún capítulo suelto
en algún estudio dedicado a la Hammer o al fantástico en general y únicamente
un monográfico editado en 1991 por la revista Nosferatu ¿conoces esta
publicación? ¿Te ha resultado difícil la labor de documentación ?
Conozco
el magnífico número de Nosferatu. Y me fue de mucha ayuda, dicho sea de paso.
La labor de documentación fue uno de los mayores problemas ya que, como bien
dices, no hay ningún libro sobre Fisher editado en castellano. Tiré de los
diversos y estupendos números que la revista Dirigido ha dedicado a parcelas vinculadas con Fisher (la Hammer,
el cine de vampiros, etc), así como algún libro dedicado al cine de terror,
como los de Losilla y Latorre, o a la Hammer como los de Juan M. Corral. Sin
embargo, gran parte de la documentación la conseguí a través de Tomás Fernández
Valentí (a quien, desde aquí, expreso mi más profundo agradecimiento), quien me
dejó tres libros sobre Fisher, dos de Peter Hutchins y uno de Stephanie
Bourgoin. También logré algunas revistas extranjeras que hablaban del cineasta
o le entrevistaban, además de toda la información que pude recopilar a través
de internet. Lamentablemente, poco más existe que trate únicamente sobre
Terence Fisher.
Eres consciente que el cine fantástico cada
vez tiene más importancia en las publicaciones que sobre cine de editan y que
tu estudio puede ser el primero de muchos más estudios dedicados a directores
del fantástico clásico de la Hammer que podríamos encontrar en la prestigiosa
colección Signo e Imágenes de Cátedra. ¿Sobre qué otro director de la Hammer, te
gustaría realizar otro trabajo en esta misma colección?
Pues
es complicado ya que, como he dicho anteriormente, ningún otro cineasta que
haya trabajado en la Hammer puede equipararse en talento a Terence Fisher. No
sé si para un libro, pero un cineasta que cada vez me interesa más y del que,
tarde o temprano, me gustaría escribir algo es Don Sharp. El beso del vampiro, por ejemplo, me parece una magnífica película.
Para concluir, como siempre te proponemos
una batería de preguntas cortas:
¿Qué publicaciones impresas especializadas
sobre cine fantástico sigues habitualmente dentro y fuera de España?
Ninguna.
¿Sobre qué director, actor o tema
relacionado sobre el cine fantástico te gustaría publicar próximamente?
La
Amicus. Pero no hay manera de conseguir editorial.
¿Qué libro consideras que debe estar en
todas las estanterías de los aficionados al cine fantástico?
El cine de terror, de Carlos Losilla.
¿Qué libros recomendarías al aficionado
sobre el cine fantástico que se hayan publicado en los últimos años?
Mario Bava, de Carlos Aguilar y La década de oro del cine de terror español,
de Javier Pulido.
Aunque el panorama editorial en relación a
las publicaciones sobre cine fantástico ha mejorado y estamos viviendo un miniboom
editorial en los últimos años, consideramos que es conservador en relación a
las publicaciones sobre cine fantástico, ¿qué deficiencias encuentras tú en el
panorama editorial actual?
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