ENTREVISTA A BEATRIZ VERA POSECK CON MOTIVO DE LA PUBLICACIÓN DE CINE COREANO. CINE SE ESCRIBE CON K
Beatriz Vera Poseck es licenciada en Psicología Clínica por la
Universidad Complutense de Madrid. Es autora también del Libro 'Imágenes de la
Locura. La Psicopatología en el cine', publicado en 2006.
Su nueva obra está relacionada con su otra pasión el cine asiático,
más en concreto el cine coreano. 'Cine Coreano. Cine que se escribe con K'
editado por Dolmen supone su último libro editado.
Tu primer libro 'Imágenes de la Locura. La Psicopatología en el cine'
publicado aúna tus dos grandes pasiones, psicología y cine, ¿Qué podemos
encontrar en esta obra?
En el libro hago un repaso por los principales
trastornos de la mente humana (autismo, amnesia, esquizofrenia, ansiedad,
retraso mental, agorafobia, trastorno obsesivo compulsivo, disociación...) y
analizando su reflejo y tratamiento en el cine. Eso sí, fue publicado hace 15
años por lo que las últimas películas que recoge y analiza son de aquella
época.
Centrándonos ya en tu último lanzamiento, 'Cine Coreano. Cine que se
escribe con K' es una oportunidad única para conocer una de las filmografías
más interesantes del continente asiático, ¿Cómo llegaste a aficionarte al cine
de estas latitudes?
Llevo siete años
viviendo entre Corea del Sur y España. Llegué a Corea por motivos laborales
pero conocí a mi pareja y desde entonces hemos vivido a caballo entre ambos
países. El cine siempre ha sido una de mis pasiones. He asistido al Festival
Internacional de Cine de Sitges muchos años y allí tuve mi primer acercamiento
al cine coreano. Fue sin embargo a raíz de mi llegada a Corea cuando comencé a
descubrir la gran cantidad de cineastas interesantes más allá de los que
normalmente se conocen en Occidente. Y desde entonces no he parado de ver cine
coreano!
¿Encuentras en sus argumentos o en el cuidado desarrollo psicológico de
los personajes lo que te ha podido atraer de este cine?
Creo que lo que más
me atrae como espectadora occidental es que abordan los mismos géneros y los
mismos temas desde perspectivas narrativas completamente diferentes a lo que
nosotros estamos acostumbrados. La temática puede ser la misma, incluso
los mismos tópicos del género pueden estar presentes, pero la aproximación
cinematográfica es muy distinta y esa circunstancia provoca que nos encontremos
con gratas y maravillosas sorpresas.
¿Cómo se estructura el libro?
Tiene ocho
capítulos que creo que ofrecen un panorama muy exhaustivo y completo sobre el
cine coreano, pero no solo eso, también de la historia de Corea como país y
como sociedad. Comienzo con un recorrido histórico desde la llegada del cine en
1903 a las primeras películas coreanas en 1919, hasta nuestros días. Hablo de
directores, actores y actrices, sus trayectorias y películas más interesantes.
Hago después un repaso por seis grandes géneros cinematográficos y reseño para
cada uno de ellos 10 películas que considero imprescindibles. Continúo con el
cine histórico y animo al lector a aprender historia coreana a través del cine
con las diferentes películas que se han hecho sobre las distintas etapas
históricas por las que ha atravesado el país. Le sigue un capítulo especial
sobre cine hecho por mujeres, que en estos momentos vive un gran boom en Corea.
Y termino con unos listados de películas imprescindibles de los últimos 20
años.
La obra está dirigida a un público que quiera tener un primer contacto
y acercarse al mundo del cine coreano o
más bien al experto en cine asiático.
Creo que puede ser
accesible a ambos públicos. No entiendo el cine ni el ensayo sobre cine como
algo reservado solo al especialista cinéfilo, por eso mi lenguaje siempre es
sencillo y accesible, con el objetivo de que cualquier lector/espectador pueda
acercarse al cine coreano y disfrutarlo. Pero a la vez por supuesto un lector
ya conocedor del cine asiático o con más nociones sobre cine va a disfrutar
probablemente con más detalle y con más profundidad del contenido del libro. Es
el mismo sistema que sigo en mi cuenta de Instagram sobre cine coreano
(@cine_coreano) que creo que puede ser disfrutada y aprovechada por todo tipo
de lectores/espectadores, desde el que apenas sabe nada de cine o simplemente
ve películas para entretenerse hasta el cinéfilo con el gusto más depurado que
busca información más profunda y sesuda.
En relación al cine
coreano existe lamentablemente poca bibliografía editada en nuestro país.
Apenas hay tres trabajos que se dedicaron a este tema, el último en 2015 por lo
que tu obra puede ser una oportunidad única para descubrir títulos
interesantes. ¿Por qué crees que haya tan poca bibliografía sobre este cine?
En general Corea
del Sur es un país muy desconocido, probablemente el mayor de todo Asia. No
solo en cine, también en otros ámbitos como el turismo o la literatura sus
vecinos China y Japón han acaparado el interés y Corea ha pasado muy
desapercibida. El cine coreano ha quedado relegado a festivales y a un público
especializado muy minoritario. Pero eso está cambiando y en los últimos dos o
tres años se empieza a vivir un boom del kcine que creo irá a más en las
próximas décadas.
¿Qué aspectos definen el cine coreano?
Creo que el más destacable
es la mezcla de géneros, fundamentalmente la comedia. Los elementos cómicos
suelen estar presentes en cualquier película, desde el thriller, a la acción o
el drama, incluso en películas muy duras donde un espectador occidental nunca
esperaría ver humor. Esta mezcla se ha conocido en Occidente gracias a Bong
Joon Ho, pero no es exclusiva del cineasta si no, en general, de todo el cine
coreano.
Otro denominador
común es la relativa ausencia de finales felices, algo que también choca a los
espectadores occidentales que se acercan por primera vez al cine coreano.
Difícilmente verás un final feliz y cerrado al estilo Hollywood.
¿Cómo definirías los ejes temáticos y estéticos de este cine?
La violencia es un
recurso muy presente en el cine coreano. La estética de la violencia,
popularizada en occidente por Park Chan Wook no es, una vez más, exclusiva del
cineasta sino inherente al cine coreano. Tramas criminales y policiales,
mafias, crimen organizado… son temáticas muy recurrentes. La relación entre las
dos Coreas, norte y sur es otra temática frecuente que muchos grandes cineastas
han explorado.
El ingente número
de títulos coreanos que se estrenan hoy en día en nuestro país a lo largo de
los distintos festivales denota que la industria coreana cinematográfica está
más desarrollada que la nuestra. En tu opinión, ¿Cuáles han sido los factores
por lo que esta industria ha tenido un incremento exponencial?
Desde finales de
los años noventa, el Gobierno surcoreano comprendió que para mantener saludable
su industria cinematográfica había que apoyarla. Y esto se ha hecho no solo con
una red de apoyo institucional y financiera sino a través de leyes que protegen
el cine coreano frente al monopolio de Hollywood. Las leyes de cuota de
pantalla que rigen en el país han permitido que Corea sea uno de los pocos
países donde se consume más cine local que norteamericano.
Nuestro blog está especializado en lecturas sobre cine fantástico, que
títulos y autores recomendarías en relación a este subgénero.
La ciencia ficción
y el género fantástico (en su acepción más pura del género) no han sido apenas
desarrollados por el cine coreano. Apenas este año parece existir un boom con
el estreno de cuatro o cinco películas de ciencia ficción que pueden dar el
empujón que el género necesita. En cuanto al género fantástico, una de las
películas más taquilleras es “Along with the Gods” (Kim Yong Hwa, 2017) que
tuvo una segunda parte y estrena este mismo año la tercera y la cuarta.
¿En tu obra se desarrolla como se ha producido el boom del cine de
Corea del Sur?
Sí, en el primer
capítulo donde hago un desarrollo histórico de la industria se puede entender
de forma clara cómo se ha producido este boom del cine coreano de nuestros
días.
De la generación de jóvenes cineastas que se sobrepuso a la crisis de
la industria cinematográfica surcoreana de los años noventa, y que a finales de
la década empezó a realizar una serie de películas de gran éxito (nacional e
internacional), ¿Cuáles destacarías?
Por un lado existen
cuatro grandes pilares que son Park Chan Wook, Bong Joon Ho, Lee Chang Dong y
Kim Jee Woon. Ellos son, además, los que han mostrado el cine coreano al mundo.
Por otro lado, hay que destacar dos cineastas muy particulares que son Kim Ki
Duk y Hong Sang Soo, que han hecho un cine de autor, muy personal, que ha
recorrido los festivales internacionales de todo el mundo. Además existen otros
cineastas imprescindibles que no siendo tan conocidos fuera han hecho un aporte
valiosísimo al cine coreano de las dos últimas décadas como son Lee Joon Ik, Im
Sang Soo, Kang Je Gyu o Hur Jin Ho.
Para alguien que quiere acercarse al cine coreano, ¿Cuáles son canales
o festivales patrios donde se ha apostado por una mayor de divulgación de este
cine?
Honestamente, si
quieres ver cine coreano debes tirar de páginas web piratas. No sé si se puede
decir esto jaja pero es la verdad. Existen numerosas páginas especializadas en
cine y series asiáticas donde está prácticamente todo el cine que se ha hecho
en Corea en los últimos 25 años. Si no fuera por eso, sería materialmente
imposible acceder al cine coreano ya que los festivales traen una mínima parte
y en cines se estrenan aún menos películas.
Se suele apreciar una inclinación del cine coreano con el thriller, el
terror y el fantástico durante sus últimos años, ¿Qué otros géneros
recomendarías?
Los coreanos son
los reyes del thriller, de eso no hay duda. Pero también son muy buenos en
acción y en drama. No acaban de encontrar el punto al terror a mi modo de ver,
y apenas en estos dos últimos años han empezado a pensar en la ciencia ficción
como género. Son muy buenos también en comedia y comedia de acción.
La industria, bien organizada y con recursos imaginativos y
financieros en abundancia, hace prever un futuro esperanzador para este cine,
¿en tu obra podemos encontrar cómo funciona el sistema de producción de
películas en corea?
En el recorrido
histórico por el cine hablo de la industria cinematográfica y de cómo ha sabido
mantenerse saludable. No es un tema que se trate con profundidad pero sí se
puede comprender cuál ha sido el camino que ha llevado a la industria cinematográfica coreana a estar donde está actualmente. Si la industria cinematográfica
en Corea es tan potente y sobresaliente no es por casualidad, sino porque
existe detrás toda una red de apoyo institucional y financiero extraordinaria.
Y eso queda reflejado en ese primer capítulo de forma sencilla y clara.
¿Consideras que el cine coreano se rige en nuestros días por patrones
de factura estadunidense en cuanto a su estructura y temas o más bien es al
contrario, el cine americano se ha podido ver inspirado en la estética de esta
filmografía emergente?
En absoluto. El
cine coreano ha sabido mantener su idiosincrasia sin verse influenciado por
perspectivas narrativas occidentales.
El cine coreano, ¿está actualmente de moda tras el reciente Óscar como
Mejor Película para el film Parásitos de Bong Joon-ho?
Claro, ese ha sido
el detonante que ha abierto al mundo las puertas del cine coreano, y espero que
ya se queden abiertas de par en par.
¿Qué razones han permitido a Corea pasar de ser una entidad sumida por el caos
político a ser una potencia mundial en el séptimo arte?
El apoyo
institucional, las leyes de cuotas de pantalla, y la inversión privada de
grande conglomerados empresariales que incluso han terminado convirtiéndose en
productoras.
¿De qué tipo son las historias que se abordan actualmente?
Continúa la
tendencia por el thriller y la acción criminal, los dramas humanos, la sátira
social. Este año parece estar iniciándose un boom por la ciencia ficción y la
fantasía.
Para ir cerrando, ¿nos podrías hacer un top-ten de las películas más recomendables?
Memories of Murder (Bong Joon Ho, 2003)
Old Boy (Park Chan Wook, 2003)
Spring, Summer, Fall, Winter, and Spring (Kim Ki Duk, 2003)
Secret Sunshine (Lee Chang Dong, 2007)
The Housemaid (Im Sang Soo, 2010)
The Wailing (Na Hong Jin, 2016)
The Handmaiden (Park Chan Wook, 2016)
Burning (Lee Chang Dong, 2018)
Parasite (Bong Joon Ho, 2019)
Night in Paradise (Park Hoon Jung, 2020)
Por último ¿nos puedes dar un
consejo para acercarnos sin prejuicios a este cine?
Creo que lo
importante es saber escoger bien por dónde empezar. Si un espectador sensible y
reacio a escenas violentas, por ejemplo, comienza viendo “Old Boy” (Park Chan
Wook, 2003) o “I Saw the Devil” (Kim Jee Woon, 2010) difícilmente conectará con
ellas y probablemente se quede con la idea equivocada. El cine coreano tiene
géneros y películas para todos los gustos, así que solo hay que saber cómo
encontrar lo que nos encaja, y ese es uno de los objetivos del libro.