RESEÑA "ALEX DE LA IGLESIA" DE CÁTEDRA
En la década de los 90 surgieron varios directores vascos que marcaron una nueva etapa en el cine español por su creatividad, identidad propia y exploración de géneros diversos. Álex de la Iglesia, oriundo de Bilbao, destacó desde el principio con títulos como Acción mutante (1993), El día de la bestia (1995) y Perdita Durango (1997), imponiendo un estilo único que mezclaba humor negro, terror y crítica social; de todos ellos, es quien aún sigue en plena forma con una carrera imparable tanto a nivel nacional como internacional. Junto a él, despuntaron también figuras como Julio Medem (Vacas, La ardilla roja, Los amantes del Círculo Polar), conocido por su cine lírico y poético; Enrique Urbizu, especializado en el thriller y cine negro (Todo por la pasta, Cachito); y Juanma Bajo Ulloa (Alas de mariposa, La madre muerta), con un estilo oscuro y psicológico. Aunque todos ellos aportaron una voz distintiva al panorama cinematográfico, Álex de la Iglesia se ha mantenido como el más constante y reconocido, consolidándose como uno de los grandes nombres del cine español contemporáneo.
Por eso, resulta totalmente justificado que una colección tan prestigiosa como Signo e Imagen de la editorial Cátedra ,referente en los estudios cinematográficos en España, se haya decidido, por fin, a dedicar un volumen a la figura de Álex de la Iglesia, uno de los directores más influyentes, personales y reconocibles del cine español contemporáneo. Durante años, esta colección ha sabido identificar y analizar las trayectorias de autores fundamentales del cine nacional e internacional, por lo que sorprende que hasta ahora no se hubiese abordado en profundidad la obra de un cineasta que ha marcado generaciones y ha demostrado una versatilidad admirable dentro del género, manteniéndose relevante y activo desde los años 90 hasta la actualidad. La aparición de este volumen, escrito por Antonio Santamarina y Jesús Angulo, supone un reconocimiento más que merecido. Ambos autores ya habían dedicado en 2012 una obra al director titulada "Álex de la Iglesia. La pasión de rodar", un acercamiento pionero a su cine, lo que demuestra su interés sostenido por el universo creativo del realizador bilbaíno. Este nuevo libro no solo actualiza y amplía aquella visión, sino que también la sitúa dentro de una colección de referencia, convirtiéndose en una aportación imprescindible para entender el lugar que ocupa Álex de la Iglesia en la historia del cine español, y justificando plenamente su incorporación al catálogo de Signo e Imagen, una colección caracterizada por su exigencia y excelencia académica.
Álex de la Iglesia es, sin lugar a dudas, uno de los cineastas más internacionales que ha dado España, destacándose actualmente junto a Nacho Vigalondo como los principales exponentes del cine de género español en el ámbito global. Su trayectoria ha estado marcada por una inconfundible mezcla de géneros que incluyen el terror, la comedia negra, el thriller y el cine de ciencia ficción, con un enfoque muy personal que lo ha llevado a ganarse un reconocimiento que va más allá de las fronteras de su país natal.
Con películas como El día de la bestia (1995), La comunidad (2000), Balada triste de trompeta (2010) y Acción mutante (1993), de la Iglesia ha desarrollado una filmografía que a menudo explora lo macabro, lo grotesco y lo surrealista. Su estilo visual, con influencias de cómic, cine de serie B y un marcado componente social y de crítica, ha resonado tanto en España como fuera de sus fronteras. La internacionalización de su trabajo se ha visto reforzada por su colaboración con actores y productores internacionales, además de su participación en festivales de cine como Cannes o Venecia, lo que le ha otorgado un estatus importante a nivel global. Películas como El bar (2017) y Perfectos desconocidos (2017), la cual fue un fenómeno en varios países, han consolidado su reputación más allá de España.
El libro ofrece una revisión detallada de la evolución de la carrera de Álex de la Iglesia, destacando tanto sus obras más emblemáticas como sus proyectos más recientes, como 30 monedas. Además, se profundiza en su estilo visual característico, en los personajes perdedores y en su constante pasión por el cine.
La obra constituye un riguroso y completo acercamiento a la trayectoria del cineasta bilbaíno adentrándose con profundidad en el universo creativo del director, ofreciendo una visión panorámica y analítica de su obra. A lo largo de sus más de 450 páginas, la publicación examina de forma cronológica y crítica toda su filmografía, incluyendo trabajos recientes como 30 Monedas. El estudio va más allá del repaso de títulos, abordando aspectos esenciales de su estilo, como su particular estética visual, el humor negro, la violencia estilizada y ese elenco de personajes outsiders que pueblan sus historias, funcionando como metáfora social.
Este libro no solo se presenta como una herramienta imprescindible para cinéfilos y seguidores del autor, sino también como una referencia académica para entender el papel de Álex de la Iglesia en el panorama del cine español contemporáneo. Se analizan también sus influencias, su relación con los géneros populares, su vínculo con la industria y el permanente equilibrio entre lo autoral y lo comercial que define su carrera.
En definitiva, esta edición es una lectura muy recomendable para cinéfilos, estudiosos del cine español o cualquier fan del universo caótico, cómico y oscuro que define a Álex de la Iglesia.
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