RESEÑA DE "AMERICAN NIGHTMARES" DE CINEFILIA POP
Nos disponemos a reseñar una obra publicada en 2019 que, a pesar de haber pasado algunos años desde su lanzamiento, consideramos que merece ser reconocida y analizada por su valor e interés dentro del género. Se trata de American Nightmares , publicado por Cinefilia Pop en 2019 y dedicado al universo de las TV movies emitidas dentro del espacio ABC Movie of the Week durante la primera mitad de los años setenta. Nos encontramos ante un libro que desafía el canon establecido del terror televisivo. En lugar de recuperar los títulos que ya pertenecen a la memoria colectiva, esos que llenan listas, artículos y documentales, el autor opta por una ruta mucho más audaz: iluminar las sombras. Las TV movies que analiza —todas ellas reales, todas ellas emitidas en su tiempo, todas ellas parte del tejido televisivo norteamericano— no son las más celebradas, no son las más citadas, no son las que hicieron historia de manera estruendosa. Pero precisamente en esa condición marginal reside su potencial. El libro se convierte así en una arqueología del miedo televisivo; un viaje al subsuelo de un archivo que, aunque olvidado por el gran público, ayudó a moldear la sensibilidad del género en la televisión estadounidense. A través de estas obras discretas, modestas y en muchos casos completamente olvidadas, Dr. Insermini reconstruye otro retrato posible del terror americano de los setenta: más íntimo, más cotidiano, más inquietante. Lo que aquí se rescata no es solamente un conjunto de películas, sino un clima emocional, un modo de mirar, un tipo particular de miedo que se difundía en millones de hogares en la era pre-VHS y que hoy, sin dedicación, se perdería para siempre.
Sorprende y se agradece que las películas tratadas en el libro son, en su mayoría, títulos pocos conocidos, incluso para aficionados al terror de los 70. No están entre las producciones más célebres del ABC Movie of the Week, lo que no es casual: esta selección responde claramente a un propósito del autor.
Las TV movies del índice del libro son, en su mayoría, títulos menos conocidos. Aunque algunas tienen cierto culto (Don’t Be Afraid of the Dark, Bad Ronald, Killdozer), la mayoría no forman parte del canon televisivo del periodo. No son ni las más recordadas, ni las más citadas, ni las que generaron mayor impacto cultural. Dr. Insermini arma su libro precisamente con un corpus alternativo, compuesto por thrillers psicológicos discretos, dramas televisivos tensos pero modestos, episodios experimentales y películas que tuvieron audiencias importantes en su día pero no sobrevivieron al imaginario popular. Esto convierte American Nightmares en una especie de arqueología del terror televisivo.
Entre los grandes éxitos del ABC Movie of the Week —los hitos culturales que el público general sí recuerda— se encuentran El diablo sobre ruedas (1971), la más célebre de todas, un telefilm de Steven Spielberg sobre un camión sin conductor que persigue a un hombre por la carretera; The Night Stalker (1972), el mayor éxito de audiencia en la historia de la TV movie de ABC, origen de la saga de Kolchak; The Night Strangler (1973), su secuela igualmente popular; Trilogy of Terror (1975), antología con Karen Black cuyo segmento final sobre la muñeca zulú es un icono absoluto del miedo televisivo. Ninguno de estos títulos aparece en el libro; el autor evita abordar producciones que podrían haber tenido protagonismo en otras obras.
La ausencia de estos grandes éxitos revela la intención profunda del autor: American Nightmares no intenta reiterar lo que ya pertenece al canon. Intenta construir otro canon, uno invisibilizado. El autor se enfoca en TV movies que rara vez se analizan, que no suelen figurar en retrospectivas, que casi no aparecen editadas en formatos domésticos y que fueron devoradas por producciones más contundentes. Su trabajo es casi curatorial, como quien rescata bobinas polvorientas de un archivo perdido. Además, quiere mostrar la diversidad del terror televisivo: si solo hablara de El diablo sobre ruedas , The Night Stalker y Trilogy of Terror, el libro sería predecible, una repetición de las mismas obras maestras comentadas siempre. En cambio, su selección revela la variedad tonal y temática del Movie of the Week: paranoia doméstica, miedos íntimos, conflictos sociales, amenazas silenciosas, tensiones familiares. Estas películas muestran otra cara del terror, menos espectacular y más cotidiano.
El autor también busca rescatar el clima de los setenta, no solo sus hits. Las TV movies menos conocidas son mejores para sentir la atmósfera real de la televisión estadounidense: producción rápida, limitaciones de tiempo, creatividad en los márgenes, historias centradas en personas comunes y terrores pequeños pero intensos. El libro se ocupa de la textura del miedo, no solo de sus grandes monumentos. Hay también una intención personal y sentimental: en su blog, el autor indica que selecciona obras que marcaron su formación cinéfila específica. Los clásicos ya están establecidos; él quiere hablar de sus propios fantasmas televisivos.
La tesis del libro puede resumirse así: el terror televisivo de los 70 no se compone solo de los grandes éxitos. También está formado por docenas de películas olvidadas, discretas, extraordinarias en su rareza y en su manera de explorar los miedos cotidianos. Recuperarlas es recuperar una época completa. El libro reivindica la importancia cultural, la creatividad narrativa, la audacia formal y la capacidad de generar inquietud de TV movies que no sobrevivieron a la memoria popular, pero merecen hacerlo.
El gesto que realiza American Nightmares es profundamente significativo porque no se limita a analizar una selección de telefilms: rescata una forma de mirar, una manera de consumir ficción y una sensibilidad cultural que pertenecen a un momento irrepetible de la televisión. En los años setenta, antes de la multiplicación de canales, antes del vídeo doméstico, antes de la obsesión por el archivo, la TV movie era un acontecimiento semanal. Cada hogar americano la esperaba como un ritual. Esa condición efímera, casi frágil, hace que muchas de estas obras hayan quedado relegadas a la memoria borrosa, perdidas entre emisiones únicas o copias deterioradas. Lo que Insermini propone es que el olvido no equivale a irrelevancia: detrás de cada una de esas películas hay una fractura cultural, un temor latente, un reflejo sincero de las angustias sociales del momento.
En este sentido, la apuesta del autor es doble. Por un lado, devuelve visibilidad a títulos que nunca aspiraron a convertirse en clásicos, pero que contienen claves fundamentales para entender la década. Por otro, reformula la historia del terror televisivo desde sus márgenes, construyendo un mapa más complejo, más honesto y más cercano a las condiciones reales de producción y consumo de aquella época. Frente a la tendencia habitual a reducir la memoria de un periodo a tres o cuatro éxitos ineludibles, American Nightmares abre el campo, diversifica la mirada y revela un ecosistema mucho más rico de lo que el presente suele recordar.
Las películas analizadas comparten algo que las distingue del canon oficial: todas se sitúan en un territorio intermedio, entre la artesanía televisiva y la exploración emocional. No necesitan grandes efectos, ni estrellas de primera línea, ni directores consagrados. Lo que ofrecen es algo más íntimo: un miedo pegado a lo cotidiano, al pasillo oscuro de la casa, al teléfono que suena a deshora, al vecino que oculta algo, al extraño que llama a la puerta, al adolescente perturbado, al marido que no es quien dice ser, al clima que se vuelve amenaza. Son terrores que nacen de la vida diaria y por eso mismo resultan tan duraderos. La fuerza de estas TV movies reside en su proximidad a la experiencia común del espectador. Son pesadillas que ocurren en el mismo lugar donde se ven: el hogar.
El libro reúne cerca de cuarenta telefilmes , cada uno de ellos presentado mediante fichas individuales que combinan sinopsis, contexto de producción, comentarios críticos y abundante material gráfico. Esta estructura permite al lector adentrarse en cada obra de manera autónoma, reconstruyendo no solo su argumento, sino también su lugar dentro del panorama televisivo de la época. Las fichas funcionan como pequeñas monografías que permiten descubrir o redescubrir títulos muy diversos, desde thrillers psicológicos hasta experimentos sobrenaturales, todos ellos tratados con el mismo rigor y sensibilidad cinéfila.
Esa es la clave última del libro: American Nightmares no es un catálogo de rarezas, ni una colección de curiosidades televisivas. Es un ejercicio de memoria emocional. Es un intento de reconstruir cómo se sentía el miedo en una época marcada por tensiones sociales, cambios culturales abruptos, desconfianza institucional y un mundo doméstico que ya no ofrecía la seguridad que prometía. Insermini entiende que la TV movie es un termómetro cultural perfecto: barata, rápida, flexible, capaz de reaccionar a los miedos colectivos con una inmediatez que el cine industrial no podía permitirse. En su aparente modestia reside precisamente su capacidad de capturar el espíritu de un tiempo.
Y así, al iluminar estas películas ocultas, el libro no solo recupera historias olvidadas: rescata también al espectador que fuimos, o que pudo haber sido; un espectador que encendía el televisor sin saber qué pesadilla le aguardaría esa noche, qué nuevo miedo cotidiano iba a instalarse en su imaginación. Las obras famosas ya tienen su lugar asegurado en la historia. Las que American Nightmares trae de vuelta, en cambio, vivían en un limbo, en un silencio injusto, esperando que alguien las nombrara de nuevo. El autor lo hace con una mezcla de rigor, memoria afectiva y pasión por el género. Y al hacerlo, ensancha el horizonte del terror televisivo y nos recuerda que la verdadera historia del miedo también se escribe en los márgenes, en las grietas, en los títulos que casi nadie recuerda pero que dicen más que muchos éxitos inmortales.
Al cerrar este recorrido por las sombras televisivas de los años setenta, queda claro que American Nightmares no es simplemente un estudio sobre un puñado de TV movies perdidas: es un acto de justicia cultural. Al rescatar estas obras que nunca gozaron del brillo del canon, el autor recompone un mosaico mucho más complejo, auténtico y revelador del miedo americano. En estas películas discretas —a veces desparejas, siempre fascinantes— late una verdad emocional que el éxito a menudo opaca: el terror cotidiano, íntimo, doméstico, que brota en los rincones más comunes de la experiencia humana. En sus presupuestos limitados y su frágil existencia televisiva reside su potencia: fueron creadas deprisa, olvidadas rápido, pero tocaron ansiedades profundas que siguen vigentes. Al devolverlas al presente, el libro no solo ilumina un archivo relegado, sino que también reivindica la sensibilidad de una época y de un tipo de espectador que confiaba en la televisión para confrontar, sin saberlo, sus propios fantasmas. Así, American Nightmares demuestra que la historia del terror no se escribe solo con los grandes éxitos, sino también —y a veces sobre todo— con esas pequeñas pesadillas que se deslizan silenciosas entre las grietas de la memoria y que hoy, gracias a este rescate, vuelven a respirar.
En la primera parte, dedicada a los terrores femeninos, se reúnen varios telefilmes centrados en mujeres acosadas o envueltas en situaciones de peligro psicológico, un patrón muy característico de las TV movies de los años setenta. Night of Terror (1972), dirigida por Jeannot Szwarc y protagonizada por Martin Balsam y Catherine Burns, presenta la historia de una joven perseguida en un entorno doméstico que se convierte en una trampa, un ejemplo típico del suspense televisivo de la época. En The Victim (1972), de Herschel Daugherty, Elizabeth Montgomery —famosa por Bewitched— interpreta a una mujer que visita a su hermana y sospecha que ha sido asesinada, dando pie a un thriller opresivo donde la atmósfera juega un papel esencial. Daugherty repite también en She Cried Murder (1973), donde Lynda Day George encarna a una mujer que presencia un asesinato perpetrado por un policía, lo que la sitúa en la clásica posición de la testigo ignorada que lucha por ser creída. The Desperate Woman (1971), dirigida por John Newland y protagonizada por Sally Struthers y Darren McGavin, desarrolla el drama de una mujer que huye tras descubrir un engaño que pone su vida en riesgo. Por su parte, Snatched (1973), de Sutton Roley, con Howard Duff y Leslie Nielsen, aborda un secuestro con tintes de thriller urbano. En Someone Touched Me (1975), John Llewellyn Moxey combina elementos religiosos y paranormales en una historia encabezada por Cloris Leachman donde la aparición de signos misteriosos redefine el destino de sus personajes. Finalmente, Don’t Be Afraid of the Dark (1973), también de John Newland y protagonizada por Kim Darby y Jim Hutton, se ha convertido en una de las TV movies más influyentes: una mujer acosada por criaturas escondidas en una vieja casa que personifican miedos domésticos profundamente arraigados.
La segunda parte, dedicada a los terrores masculinos, explora situaciones donde hombres se enfrentan a peligros que ponen a prueba su identidad o su estabilidad. In Broad Daylight (1971), dirigida por Robert Day y con Richard Boone y Stella Stevens, narra el retorcido plan de un actor ciego que intenta ejecutar el crimen perfecto. En Deliver Us From Evil (1973), Boris Sagal dirige a George Kennedy y Jan-Michael Vincent en una historia de supervivencia en la que un grupo de escaladores es asaltado por exconvictos en plena montaña. Planet Earth (1974), dirigida por Marc Daniels y concebida por Gene Roddenberry, presenta a John Saxon en un futuro postapocalíptico que funciona como proto-Star Trek, explorando sociedades alternativas y conflictos de ciencia ficción. Por otro lado, The Stranger Within (1974), de Lee Philips y protagonizada por Barbara Eden, juega con el tema inquietante del embarazo imposible, insinuando la intervención de fuerzas extraterrestres. The Morning After (1974), dirigida por Richard T. Heffron e interpretada por un sorprendente Dick Van Dyke en un papel dramático, gira en torno a un alcohólico que despierta sin memoria y se ve acusado de un asesinato, combinando crimen y drama psicológico. Cierra esta sección The Last Child (1971), de John Llewellyn Moxey, con Michael Cole y Cloris Leachman, un relato distópico donde el gobierno impone una estricta política de hijo único, adelantándose con inquietante precisión a debates futuros sobre control demográfico.
La tercera parte, titulada “Contra los elementos”, reúne títulos donde los protagonistas deben enfrentarse a entornos hostiles, ya sean naturales, psicológicos o sociales. Heatwave! (1974), de Jerry Jameson y con Ben Murphy, retrata el peligro creciente de una ola de calor extrema que pone en jaque a una familia y refleja el auge de las películas de desastres de la década. A Little Game (1971), dirigida por Paul Wendkos y con Diane Baker, presenta a un niño que podría estar causando de forma deliberada accidentes fatales, configurando un thriller psicológico inquietante. En All the Kind Strangers (1974), de Burt Kennedy, Stacy Keach y Samantha Eggar se ven atrapados por un grupo de niños huérfanos que secuestran adultos con la intención de reconstruir una “familia perfecta”, combinando terror rural y manipulación emocional. Terror on the Beach (1973), también de Paul Wendkos y protagonizada por Dennis Weaver, muestra a una familia acosada por jóvenes violentos mientras acampan, una variación televisiva de la tensión entre turistas y grupos marginales propia del cine de supervivencia. Finalmente, Bad Ronald (1974), dirigido por Buzz Kulik y con Scott Jacoby, es una de las TV movies más célebres: tras cometer un crimen, un adolescente es ocultado por su madre dentro de las paredes de la casa, desde donde desarrolla una existencia siniestra que se desata cuando nuevos inquilinos se mudan al hogar.
También es importante resaltar que la obra merece reconocimiento precisamente por ser un producto autoeditado, nacido de la pasión del autor por rescatar un fragmento olvidado de la historia audiovisual sin el respaldo de una gran editorial. Esta independencia le permite perseguir un objetivo puramente cinéfilo: reivindicar películas que no buscan la validación del mercado, sino la recuperación afectiva de un territorio cultural relegado. Al no estar sometido a las exigencias comerciales habituales, el autor puede centrarse en títulos poco tratados, arriesgar en la selección y dedicar tiempo a obras que, de otro modo, seguirían invisibles para el gran público.
Por otro lado hay que destacar la originalidad del proyecto que se manifiesta en su cuidado diseño apaisado de Eduardo Pelegrín y una decisión estética que otorga un 75 % del protagonismo a la imagen frente al texto. Esta apuesta visual no es un simple adorno, sino una herramienta narrativa: al privilegiar fotogramas de las tv movies, el libro crea una experiencia inmersiva que devuelve al lector al clima televisivo de los setenta. Cada página funciona como una ventana al pasado, evocando la textura, el color y la atmósfera de esas producciones concebidas para la pantalla doméstica. La lectura se convierte así en un acto visual y emocional que potencia la comprensión histórica del fenómeno.
El tema que aborda es igualmente digno de elogio, pues se trata de un territorio prácticamente inexplorado en la bibliografía en español. Las TV movies, pese a su enorme influencia cultural y a su papel esencial en la formación de imaginarios colectivos, rara vez han recibido un análisis riguroso en nuestra lengua. Este libro viene a cubrir precisamente ese vacío, otorgando dignidad crítica a un tipo de producción que siempre quedó en los márgenes del canon, y permitiendo que el lector descubra su riqueza estética, narrativa y sociológica.
El hecho de que esta publicación sea de 2019 la convierte en un referente reciente y muy útil para los cinéfagos, pues despierta curiosidad y fomenta la búsqueda de muchos de los títulos mencionados. La obra funciona como una guía o un mapa: un lector interesado puede, gracias a estas páginas, rastrear copias, descubrir películas olvidadas y sumergirse en un archivo televisivo que hasta ahora permanecía disperso u oculto. El libro no solo informa: abre caminos, despierta el deseo de ver y fomenta la preservación.
Conviene señalar, además, que American Nightmares se inscribe en una línea bibliográfica tan minoritaria como esencial. Junto con Al caer la noche: Terror catódico americano 1970-1981 (Tonio L. Alarcón, 2017), constituye una de las primeras aproximaciones serias y sistemáticas a las TV movies en español. Ambas obras, distintas en tono y propósito pero complementarias, representan un esfuerzo pionero por legitimar un territorio cultural que había permanecido ignorado. Su existencia demuestra que, por fin, las TV movies son tratadas con el respeto crítico que merecen y que su estudio ya no se limita al ámbito anglosajón. American Nightmares, por tanto, no solo destaca por su forma y su independencia, sino también porque contribuye a fundar una bibliografía que antes no existía.
Bajo el seudónimo de DR. INSERMINI se esconde Juan Dos Ramos, un creador apasionado por el cine y la literatura. Nacido en 1973, vivió la euforia del cortometraje antes de la era digital, participando y dirigiendo numerosos cortos que, aunque ahora considera parte de un sueño, reflejan su amor por el cine underground. También ha escrito guiones de largometraje de terror, que permanecen inéditos, y desarrolla un proyecto editorial propio, Cinefilia Pop, con el que busca acercar al lector a la experiencia cinematográfica de manera fresca, original y directa. Su labor editorial combina un diseño meticuloso y un equilibrio armonioso entre texto e imagen, reflejando su sensibilidad estética y su intención de rendir homenaje a autores y películas que considera imprescindibles, como las obras dedicadas a Richard Matheson y Gánsters Maricas. Su enfoque creativo mezcla pasión, profesionalismo y un espíritu independiente que atraviesa todas sus facetas artísticas.
Más sobre el autor:
https://doctorinsermini.wordpress.com/
https://www.instagram.com/cinefiliapop/
Comprar los libros del autor:
https://fatbottombooks.com/es/author/16822/juan_dos_ramos
Más sobre el libro:
https://www.ivoox.com/american-nightmares-audios-mp3_rf_45408531_1.html

No hay comentarios:
Publicar un comentario