RESEÑA ESTO NO ESTABA EN MI LIBRO DE CINE DE TERROR
"Esto no estaba en mi libro de cine de terror" es una obra escrita por Antonio Míguez Santa Cruz que explora el vasto y aterrador universo del cine de terror a través de una serie de anécdotas fascinantes, historias de producción, y secretos detrás de las cámaras que revelan el esfuerzo y la creatividad necesarios para dar vida a algunas de las películas más emblemáticas del género. El autor, es profesor de universidad y crítico cinematográfico. Fruto de sus investigaciones sobre historia y cine recibió el Premio Extraordinario de Doctorado en Humanidades en 2016. En la actualidad es autor de más de sesenta publicaciones entre el ámbito académico y el divulgativo. Destaca sobre ellas Kaidan. Tradición del terror en Japón (2021, por Berenice. En esta obra nos invita a descubrir los detalles que muchas veces pasan desapercibidos para el espectador medio, pero que son esenciales para comprender el impacto cultural y emocional del cine de terror.
Estructura y enfoque del libro
"Esto no estaba en mi libro de cine de terror" se organiza en capítulos temáticos que agrupan películas de distintas épocas y estilos, desde los clásicos de la Edad de Oro del terror hasta los éxitos más recientes del siglo XXI. Cada capítulo está dedicado a una película o franquicia específica, profundizando en sus aspectos más llamativos, sus peculiaridades de producción y las historias inusuales que surgieron durante la filmación. Este enfoque hace que el libro sea no solo entretenido, sino también informativo, ya que proporciona un contexto histórico y cultural en torno a cada película.
Miguez Santa Cruz va más allá de los análisis críticos habituales y se enfoca en lo que sucedió detrás de cámaras: los problemas y desafíos que enfrentaron los directores, los actores, y los equipos técnicos. Todo esto, contado con un estilo ameno y cautivador que atrapa a los lectores desde la primera página. Lo que diferencia a este libro de otros estudios sobre el cine de terror es precisamente su atención a los detalles y anécdotas que dan vida a las producciones, algunas veces más aterradoras y sorprendentes que las propias películas.
Anécdotas y curiosidades
El libro está repleto de historias sorprendentes que revelan los sacrificios y decisiones creativas que marcaron la producción de las películas. El cine de terror ha sido, desde sus inicios, un reflejo de las tensiones sociales y los traumas de las sociedades que lo producen, como destaca Antonio Míguez Santa Cruz. Desde los horrores expresionistas del cine alemán con películas imprescindibles como El gabinete del doctor Caligari o Nosferatu, hasta la revisión de clásicos de Universal por la compañía británica Hammer, el género ha sido un vehículo para explorar las ansiedades colectivas. Míguez subraya, además, cómo la RKO, tras el fracaso de Ciudadano Kane, resurgió con La mujer pantera (1942) de Jacques Tourneur, un director de serie B que rompió con los prejuicios del bajo presupuesto, aportando calidad artística a este tipo de producciones.
El libro no se limita a examinar el cine clásico; también explora obras contemporáneas y conceptos como el "terror elevado", donde se engloban películas que exploran temas psicológicos y críticos sin caer en los clichés del género. Un ejemplo clave es El resplandor (1980) de Stanley Kubrick, que además de contar con una magistral actuación de Jack Nicholson, anticipó elementos visuales y narrativos que serían fundamentales en el cine de terror moderno. A través de referencias a figuras como Roger Corman o Vincent Price, el autor analiza cómo el género ha evolucionado sin perder su capacidad para transgredir las normas y desafiar el canon establecido, utilizando monstruos clásicos como vampiros, zombis y licántropos como símbolos de marginación y venganza.
Además, el autor nos lleva por el género slasher de los años ochenta, representado por franquicias como Viernes 13 y Halloween, cuyas figuras icónicas, como Jason Voorhees y Michael Myers, redefinieron el terror para toda una generación. Míguez explora cómo estos filmes se convirtieron en símbolos de la cultura pop y el impacto que tuvieron tanto en la industria cinematográfica como en la percepción social del género.
Una de las grandes virtudes del libro es la capacidad de Míguez para contar historias que van más allá de la pantalla, revelando detalles desconocidos sobre la producción de películas y la vida de sus creadores. En Esto no estaba en mi libro de cine de terror, Antonio Míguez realiza un exhaustivo recorrido por todos los subgéneros del cine de terror, desde los orígenes del fantaterror español hasta el folk horror, una tendencia que ha cobrado gran relevancia en los últimos años. El autor no solo analiza las películas más emblemáticas de cada subgénero, sino que también explica su contexto histórico y cultural, demostrando cómo estos estilos han evolucionado a lo largo del tiempo.
La evolución del cine de terror en el nuevo milenio
El ensayo también aborda la evolución del cine de terror en las últimas décadas, desde el auge de las películas de "found footage", como El proyecto de la bruja de Blair (1999), hasta las joyas contemporáneas del cine japonés, como Audition (1999). Míguez argumenta que, aunque el género ha sufrido altibajos, siempre ha encontrado la manera de reinventarse, ya sea a través de homenajes a los clásicos, como las adaptaciones de Drácula (1992) de Francis Ford Coppola y Frankenstein (1994) de Kenneth Branagh, o mediante la creación de nuevos subgéneros y enfoques.
El impacto cultural del cine de terror
Uno de los puntos fuertes del libro es que no se limita a relatar anécdotas, sino que también ofrece un análisis profundo del impacto cultural que ha tenido el cine de terror en diferentes épocas. Miguez Santa Cruz establece paralelismos entre los miedos sociales y políticos de la época y cómo estos se ven reflejados en las películas de terror.
Míguez Santa Cruz argumenta que las películas de terror no solo buscan asustar, sino que también ofrecen una vía para explorar los miedos colectivos e individuales de la sociedad. El género del terror, según el autor, tiene una capacidad única para canalizar las ansiedades de su época y presentarlas de manera metafórica, ya sea a través de monstruos, asesinos enmascarados o fuerzas sobrenaturales. Este enfoque le da al libro una dimensión adicional que lo convierte en una lectura más profunda y enriquecedora.
Conclusión
"Esto no estaba en mi libro de cine de terror" de Antonio Míguez Santa Cruzes mucho más que una simple recopilación de anécdotas. Es un homenaje al cine de terror y a las personas que lo han hecho posible, desde los directores y actores hasta los equipos técnicos y creadores de efectos especiales. Cada capítulo está lleno de detalles sorprendentes y reveladores que muestran cuánto esfuerzo, dedicación y creatividad se necesita para crear las películas que nos han aterrorizado durante generaciones.
El estilo de Míguez Santa Cruz es accesible y envolvente, lo que hace que el libro sea ideal tanto para los fanáticos del terror como para aquellos que simplemente disfrutan de las historias detrás del cine. A través de sus páginas, el lector no solo aprende sobre las películas, sino también sobre el contexto cultural y social que las rodea, lo que enriquece enormemente la experiencia de ver estos clásicos del cine.
En definitiva, "Esto no estaba en mi libro de cine de terror" es una lectura esencial para cualquier amante del género de terror, lleno de historias fascinantes y análisis profundos que dejan al lector con una nueva apreciación por el arte de hacer películas que nos aterran y fascinan a partes iguales.
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