La editorial El Desvelo recupera una obra esencial que permite rastrear la silueta de esta criatura a lo largo de los siglos. Historia de los vampiros, de Jacques Collin de Plancy, es un testimonio de cómo el miedo y la fascinación han tejido el mito del no-muerto, convirtiéndolo en un símbolo literario inmortal. Con una nueva traducción y un extenso prólogo de Jesús García Rodríguez, esta edición ofrece a los lectores un estudio imprescindible sobre la figura del vampiro como encarnación de los temores humanos y su transformación a lo largo de la historia.
Collin de Plancy, influenciado por el pensamiento ilustrado, se sumergió en crónicas medievales, relatos de viajeros y documentos históricos para reconstruir la presencia del vampiro en diferentes épocas y culturas. Sus páginas recogen testimonios sobre exhumaciones, creencias atávicas y el modo en que la Iglesia avivó el pavor ante los no-muertos.
Como señala el autor: "Los sacerdotes, sin embargo, favorecieron la creencia en los vampiros y en los espectros malignos. El egoísmo y el interés personal explican todas estas villanías; el terror es un medio necesario para aquellos que no saben cómo conducir a los hombres mediante la razón."
Paradójicamente, la obra de Collin de Plancy no exorcizó al vampiro, sino que contribuyó a cimentar su mito. Su estudio influyó en la pluma de Sheridan Le Fanu (Carmilla) y Bram Stoker (Drácula), perpetuando la fascinación por el no-muerto y convirtiéndolo en una criatura eterna de la literatura y el cine. Más de un siglo después, Nosferatu sigue acechando desde las sombras, recordándonos que el vampiro es mucho más que un monstruo: es el espejo de nuestros propios miedos, el reflejo de nuestra obsesión con la muerte y el deseo de trascenderla.
El reciente estreno de Nosferatu en 2024 ha vuelto a poner a estas criaturas en la gran pantalla, rescatando su esencia más oscura y primitiva. Aunque Historia de los vampiros no menciona al icónico Conde Orlok, su exploración sobre el origen del miedo a los no-muertos permite entender por qué esta figura sigue mutando con cada generación. Desde los ritos funerarios y las exhumaciones de la Europa del siglo XVIII hasta las adaptaciones cinematográficas actuales, el vampiro ha demostrado ser una presencia inmutable en la cultura, siempre acechante, siempre resurgiendo desde las sombras.
A lo largo del siglo XX y XXI, el mito ha seguido permeando en la narrativa, adaptándose a nuevos medios y estilos narrativos. Desde Soy leyenda de Richard Matheson, que reinventó al vampiro en una alegoría del aislamiento y la supervivencia, hasta Entrevista con el vampiro de Anne Rice, que dotó a estas criaturas de una profundidad psicológica y un aura trágica, la figura del no-muerto ha sido reinterpretada una y otra vez.
En el ámbito cinematográfico, películas como Déjame entrar (2008), de Tomas Alfredson, y Sólo los amantes sobreviven (2013), de Jim Jarmusch, han aportado visiones intimistas y poéticas sobre la condición vampírica. Mientras tanto, series contemporáneas como Midnight Mass (2021) han recuperado el horror gótico del vampiro, fusionándolo con reflexiones sobre la fe y la inmortalidad. A ello se suman adaptaciones recientes como Renfield (2023), que ofrece una versión irreverente del mito, o la próxima reinvención de Blade, que demuestra que el vampiro sigue siendo una fuente inagotable de inspiración en la cultura popular. Historia de los vampiros permite entender cómo esta criatura ha logrado infiltrarse en el imaginario colectivo y permanecer en él, adaptándose a cada época y género sin perder su esencia.
Jacques Collin de Plancy (1793-1881) fue un influyente escritor y demonólogo francés, conocido por su “Diccionario infernal” (1818). Defensor del racionalismo ilustrado en su juventud, más tarde abrazó la fe católica y renegó de parte de su obra anterior. Su legado sigue siendo una referencia imprescindible para el estudio del folclore y la historia de las creencias sobrenaturales.
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