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martes, 9 de diciembre de 2025

RESEÑA DE "AQUÍ ESPANTAN. UNA INVITACIÓN AL CINE DE TERROR MEXICANO (1933–1981)" DE EOLA EDICIONES

 


RESEÑA DE "AQUÍ ESPANTAN. UNA INVITACIÓN AL CINE DE TERROR MEXICANO (1933–1981)" DE EOLA EDICIONES

La bibliografía de Pau Roig se ha construido siempre sobre una premisa clara: adentrarse en territorios que otros rara vez se atreven a explorar. Su trayectoria como investigador y ensayista demuestra una constante inclinación por los márgenes, por aquellas zonas de la cultura cinematográfica donde la documentación es escasa, los estudios donde falta una visión total del tema o sencillamente no existen. Esa vocación por abrir sendas nuevas vuelve a hacerse aquí presente en "Aquí espantan", una obra en la que Roig se sumerge con rigor y entusiasmo en la colorida, extravagante y en gran medida desconocida filmografía mexicana vinculada al horror y lo fantástico.

En su sello habitual, Eolas Ediciones, Roig ha publicado algunos de sus trabajos más significativos bajo la colección Las puertas de lo posible, dedicada a los estudios de lo insólito. Su penútimo trabajo es Pesadillas. Diccionario de películas del cine de terror español (1961-2020), publicado en 2021. En este volumen, Roig combate la escasez de fuentes rigurosas sobre el terror español al ofrecer un diccionario crítico, una cronología, un ensayo introductorio y una bibliografía sólida. 

Ahora, con su nuevo libro también publicado por Eolas Ediciones, Roig se lanza a otro territorio casi inexplorado dentro de la historiografía hispanohablante.  En este estudio valiente, analiza una tradición cinematográfica colorida, exuberante y radicalmente original, en la que coexisten vampiros, brujas, luchadores enmascarados, científicos locos, comedia y western. Roig no solo documenta títulos olvidados, sino que también reconstruye un contexto cultural, industrial y creativo que había sido prácticamente ignorado por la crítica académica española. Este interés constante por rescatar lo marginado es precisamente lo que caracteriza la bibliografía de Roig: donde otros ven ausencia, él ve oportunidad. Su obra se convierte en puente entre lo popular y lo académico, entre lo local y lo universal. 

A este cuerpo de trabajo se suman otras obras destacables del autor, publicadas en distintas editoriales, que evidencian tanto la amplitud de su mirada como su compromiso con la recuperación de géneros y cinematografías esenciales. Entre ellas destacan El cine de terror y ciencia ficción de la Universal, editado por Arkadin Ediciones, un exhaustivo recorrido por los mitos, figuras y estructuras narrativas que dieron forma al fantástico clásico estadounidense; Crimen en la noche + Muertos y enterrados, aparecida en Tyrannosaurus Books, donde profundiza en estas peliculas de culto; y colaboró en Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea, publicado por Iberoamericana Vervuert, un estudio panorámico que rastrea la evolución y la influencia del imaginario fantástico en diversos ámbitos artísticos. Estos títulos amplían aún más el alcance de su labor investigadora y confirman la coherencia de un proyecto intelectual dedicado a iluminar territorios poco transitados por la crítica tradicional.

Durante décadas, el cine de terror mexicano ha habitado una zona de sombra tan fértil como poco explorada: un territorio fascinante donde conviven la tradición popular, el espectáculo delirante de luchadores y vampiros, la comedia costumbrista, las leyendas ancestrales y las ansiedades modernas que atravesaron al país durante medio siglo. Un territorio exuberante y contradictorio, rico en imágenes inolvidables, pero también disperso, irregular y difícil de abarcar en conjunto.

  Aquí espantan  nace precisamente para iluminar ese mapa. Con una investigación amplia y una prosa clara y cómplice con el lector, Pau Roig ofrece una guía que recorre de manera orgánica el periodo comprendido entre 1933 y 1981: un arco histórico que abarca desde las primeras aproximaciones al horror en el México sonoro hasta el agotamiento del ciclo clásico de monstruos, brujas, científicos locos y momias. El autor ordena, contextualiza y analiza sin dogmatismos, sin mitificaciones ni condescendencias, poniendo a dialogar anécdotas, historia cultural y lecturas fílmicas en un relato accesible y a la vez riguroso, apto tanto para el cinéfilo experto como para quien se acerca por primera vez a esta filmografía “exótica”.

La aparición de este libro es especialmente significativa si se considera que   existen muy pocos estudios monográficos   dedicados exclusivamente al terror mexicano en este periodo concreto. La mayoría de obras previas tocan la materia de forma fragmentaria o lateral; por ello,  Aquí espantan  viene a   llenar un hueco bibliográfico   largamente pendiente. Su cobertura específica y ambiciosa convierte al volumen en una referencia imprescindible: no sólo compila películas, datos y contextos, sino que arma una visión panorámica donde se articulan las influencias extranjeras, la idiosincrasia nacional y las mutaciones del género a lo largo de casi cincuenta años.

El libro brilla, además, por su capacidad para   situar esta filmografía dentro de un marco cultural y patrimonial más amplio  . Roig no se limita a enumerar monstruos o rarezas: reconstruye un ecosistema cinematográfico donde confluyen tradiciones populares, imaginarios colectivos, tensiones sociales y la industria fílmica mexicana en sus distintas etapas. Ese enfoque , amplio, culturalmente sensible y al mismo tiempo entretenido ,  es una de sus mayores virtudes, y lo convierte en un texto capaz de acercar este corpus a lectores internacionales, investigadores, programadores de festivales y coleccionistas.

Por su   enfoque monográfico  , su   amplitud   —más de cuatrocientas páginas— y su   voluntad de síntesis  ,  Aquí espantan  puede considerarse sin exageración un   hito bibliográfico internacional  : un libro-puerta que abre nuevos caminos para futuras investigaciones, reediciones y revisiones críticas del género. Es, en definitiva, una invitación a redescubrir un cine que, pese a su marginalidad aparente, sigue sorprendiéndonos, divirtiéndonos y estremeciéndonos; un cine que revela mucho más sobre México —y sobre la historia del terror en el mundo— de lo que la historiografía oficial ha sabido reconocer.

El cine de terror mexicano del siglo XX atraviesa una evolución compleja que refleja, en distintas etapas, tanto los vaivenes de la industria nacional como los imaginarios culturales que han dado forma a la identidad fílmica del país. En  Aquí espantan , Pau Roig reconstruye este itinerario histórico con una mirada panorámica y rigurosa, articulando un relato que permite comprender cómo el género se desarrolló, se transformó y finalmente se reconfiguró entre 1933 y 1981. A lo largo del volumen, Roig presta atención tanto a las películas que sí lograron estrenarse en España —y que forman parte de la memoria cinéfila del lector español— como a aquellas obras que nunca cruzaron las fronteras comerciales pero cuya importancia artística y cultural justifica su recuperación.

Aquí espantan se articula en torno a un índice minucioso y sólido, que permite reconstruir casi medio siglo de historia del terror mexicano. La obra se abre con una serie de consideraciones previas y una introducción que sitúan al lector ante la riqueza cultural del país y la profunda relación entre sus tradiciones, su imaginario popular y la conformación de sus primeras obras fantásticas. Este punto de partida desemboca en un recorrido cronológico dividido en cinco grandes etapas, cada una marcada por transformaciones industriales, creativas y socioculturales.

El primer bloque, “Orígenes (1933-1953). El terror busca su camino”, examina los cimientos del género: los horrores heredados del pasado colonial, la influencia del melodrama, la figura del científico loco, las comedias con toques sobrenaturales o la importancia extraordinaria de David T. Bamberg y su personaje Fu-Manchú. Roig muestra aquí cómo el terror mexicano nace entre tensiones identitarias y experimentación formal.

El segundo bloque, “Prefiguraciones (1953-1957)”, señala la aparición de elementos que definirán la siguiente etapa: el humor sobrenatural, la irrupción del cine de luchadores —uno de los sellos más distintivos del género en México— y películas seminales como El monstruo resucitado o La bruja.

La tercera sección, “Explosión (1957-1968)”, constituye uno de los núcleos del libro y se dedica a la edad de oro del terror mexicano. Aquí se analizan figuras fundamentales como Fernando Méndez, Julián Soler, Miguel M. Delgado, Rafael Baledón, René Cardona, Chano Urueta o Alfonso Corona Blake. Roig reconstruye su aportación individual, contextualiza estilos y resalta cómo, en este periodo, el género alcanza una cohesión estética y una popularidad sin precedentes.

En la cuarta parte, “Cine de terror y cine de luchadores”, el autor explora un fenómeno único dentro de la historia mundial del género: la fusión entre horror y lucha libre. Desde las primeras apariciones cinematográficas de Santo, el Enmascarado de Plata, pasando por otros luchadores y luchadoras, hasta la figura de Blue Demon, Roig explica cómo estos héroes populares redefinieron la relación entre monstruo, espectáculo y público.

La quinta y última sección, “Una larga decadencia (1969-1981)”, analiza el declive del género tras su apogeo. Se estudia la progresiva pérdida de vigor del terror gótico, la incursión en un terror psicológico más introspectivo, la breve resurrección del weird western, el auge de las historietas y producciones infantiles, así como las coproducciones internacionales que, pese a sus limitaciones, dejaron ejemplos curiosos. El bloque concluye con el epílogo de una era y los últimos estertores de un ciclo histórico irrepetible.

El recorrido se inicia en los años treinta , cuando México experimenta las posibilidades del cine sonoro y el terror aparece aún marcado por influencias góticas y modelos hollywoodenses. Roig analiza este periodo como un laboratorio fundacional, donde películas como  La llorona  (1933) establecen los primeros códigos locales del horror. Aunque estos filmes no se estrenaron en España, el autor subraya su valor como puntos de partida, invitando al lector a descubrir una etapa casi invisible fuera del ámbito especializado. Obras como  La bruja  consolidan esta estética inicial, combinando elementos melodramáticos con una atmósfera sobrenatural que anticipa caminos futuros del género.

Con la llegada de los años cincuenta y el apogeo de la Época de Oro del cine mexicano, el terror adquiere solidez industrial y una madurez narrativa que Roig identifica como esenciales para la formación de una identidad propia. El autor destaca el papel de películas como  El vampiro  (1957) y  El ataúd del vampiro  (1958), dos títulos decisivos que sí tuvieron circulación en España y que permiten establecer conexiones entre la recepción española y la producción mexicana. Asimismo, recupera obras como  Misterios de ultratumba , menos difundidas en el ámbito hispano, pero fundamentales para comprender el refinamiento estético alcanzado por el género en estos años. En esta etapa, la relación entre tradición cultural, modernidad urbana y temores sociales configura una mitología visual que Roig analiza con precisión.

Los años sesenta representan, en la lectura de Roig, la transformación más singular del terror mexicano: la irrupción del cine de luchadores y la hibridación masiva entre horror, acción y comedia. Este fenómeno, protagonizado por figuras como Santo, constituye uno de los aportes más originales del país al imaginario global del género. Muchas de estas películas se exhibieron en España — Santo vs. las mujeres vampiro  (1962),  Santo en el museo de cera  (1963),  Santo vs. la invasión de los marcianos  (1967)—, convirtiéndose en la puerta de entrada del público español al fantástico mexicano. Roig analiza este periodo no sólo como curiosidad cultural, sino como un dispositivo mitológico moderno que articula identidades, héroes populares y tensiones sociales. Al mismo tiempo, introduce películas  no estrenados en España, como  la primera versión de La maldición de la Llorona  o  La cabeza viviente , que enriquecen el panorama y permiten entender la diversidad del ciclo.

Hacia finales de los sesenta y durante los setenta, el terror mexicano experimenta un giro hacia representaciones más adultas, oscuras y psicológicas, en sintonía parcial con corrientes internacionales como el giallo, el cine de explotación y el terror europeo de corte religioso. Roig examina esta fase como un proceso de sofisticación temática y formal, donde los miedos colectivos se expresan a través de narrativas sobre la brujería, la posesión, la violencia doméstica o el fanatismo. Películas como  Hasta el viento tiene miedo  (1968) y  Más negro que la noche  (1975), ambas conocidas en España, ejemplifican el refinamiento visual y narrativo que caracteriza esta etapa. También otorga un lugar central a  Alucarda  (1977), cuya circulación española fue limitada pero cuyo estatus como obra de culto europea es innegable. El autor rescata asimismo títulos poco difundidos, como  El libro de piedra  o  La noche de los mil gatos , que permiten comprender la amplitud estética y temática del periodo.

Finalmente, Roig aborda la transición entre finales de los setenta y comienzos de los ochenta como un periodo de reorganización industrial y estética. Aunque el sistema de estudios se debilita y el terror pierde centralidad comercial, surgen obras híbridas o marginales que señalan nuevos caminos para el género. Muchas de estas películas no llegaron a estrenarse en España, lo que convierte su incorporación en el libro en una valiosa labor arqueológica. Roig interpreta estos filmes como testimonios de un ecosistema en transformación, más que como un simple epílogo decadente.

La obra se cierra con una bibliografía extensa, imprescindible para orientar futuras investigaciones en un campo donde la documentación sigue siendo escasa.

De este modo, Aquí espantan no solo organiza con precisión una tradición fílmica vasta y diversa, sino que la interpreta con la mirada de un investigador habituado a moverse en zonas inexploradas, capaz de conectar lo popular con lo académico y de reivindicar un patrimonio cultural tan valioso como desconocido. El resultado es una obra de referencia para comprender no solo la historia del terror mexicano, sino también su significado dentro del imaginario cinematográfico global.

A lo largo del volumen, Pau Roig recorre estas etapas no sólo con voluntad historiográfica, sino también con una clara intención divulgativa: la de acercar al lector español —familiarizado principalmente con los títulos de luchadores y con algunos clásicos de Taboada— un corpus mucho más amplio, complejo y diverso. Su análisis permite entender cómo el terror mexicano dialoga, en cada etapa, con la historia del país, con sus mitos, con su industria y con los imaginarios globales del horror. El resultado es una reconstrucción completa y matizada que no sólo pone en valor lo ya conocido, sino que invita a descubrir obras que jamás se exhibieron en España pero que son esenciales para comprender la riqueza del género. Sin duda una obra imprescindible para todo lector, investigador o aficionado que desee adentrarse en la historia del terror mexicano y entender su lugar dentro del imaginario cinematográfico global.

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